En la publicación anterior os comentaba que me había puesto un reto personal. Entre las tareas que me puse estaba la de crear una periodicidad en las comunicaciones con vosotros y enviaros un email a la semana. Así que esto empieza hoy!
El ser constante en la comunicación de nuestros proyectos es mucho más importante que la perfección.
Cuando comenzamos a comunicar nuestro emprendimiento, nuestro arte, lo que sea que tengamos entre manos, es muy común y natural pasar por ese momento de pánico y autoexigencia por hacerlo lo mejor posible. Por hacerlo perfecto (sea lo que sea eso). Muchas veces esto acaba produciendo una rueda como la siguiente:
Comenzamos a comunicar nuestro proyecto de manera muy exigente: planificaciones demasiado cuadriculadas, contenido creado al detalle, presión por hacerlo “bien”.
Nos comenzamos a quemar porque no es sostenible mantener el ritmo al mismo tiempo que se hacen el resto de tareas que requiere nuestro emprendimiento.
Acabamos dejando de lado la comunicación de nuestro proyecto.
Nos sentimos mal por haberla dejado de lado.
Volvemos al punto 1.
Al comenzar con mi agencia en 2019 pasé varias veces por esta rueda. Hasta que en 2023 archivé todo el contenido que había en el feed de Instagram de la agencia y nunca más volví a publicar allí.
Una agencia de comunicación, que no comunica en su propia cuenta de Instagram.
¿Paró eso mi actividad? ¿Dejaron de entrar clientes nuevos y presupuestos? No.
Y de hecho todo fue mejor porque yo ya no sentía esa presión por estar presente todo el rato y por hacer una comunicación “perfecta”.
El feed quedó vacío, pero en la bio está toda la información clave de lo que hago y también puedes encontrar la web. Que es dónde quiero dirigir a mis posibles clientes.
Pasé a comunicar lo que me apetecía en mi Instagram personal. Allí combino mi día a día (lo que me apetece mostrar) con algunas cosas de mi trabajo.
Y de esta manera sí que pude ser constante ¿por qué? porque lo comunicaba a mi manera y no “como tenía que ser”. Sin seguir todas aquellas normas que dicen que tu contenido debe educar, entrener, mostrar tus logros, que debe ser un embudo de ventas y mil cosas más que cuando eres una persona haciendo todo es imposible de hacer.
Para poder ser constante hay que respetar y entender quiénes somos. Ningún plan de contenido puede ganar si se obvia la idea de mostrarnos como somos. Hay muchas (demasiadas) marcas, emprendedores y negocios que comunican igual, que siguen la misma estructura y tono.
El público es exigente con lo que consume y quizá hace un tiempo funcionaba ese tipo de comunicación desangelada y comercial. Pero ahora ya no tanto (y menos mal). La mayoría de la gente quiere vernos con todo y qué bien no tener que performar.
Ningún emprendendimiento es perfecto, ni ninguna comunicación tampoco. Ahora, de la misma manera que subo un story del pastel que hice el sábado o una foto del libro que estoy leyendo, te cuento el último lanzamiento en el que he trabajado.
Confieso que he pensado muchas veces en que quizá eso podía echar para atrás a alguna gente, que les podía parecer poco serio. Pero aquí entra en cuestión otra cosa, que es: los valores de tu marca (de esto hablaré en la siguiente entrega).
En definitiva, lo que os quiero decir es que es más fácil ser constante en la comunicación cuando se es auténtico y honesto que cuando se intenta ser perfecto.
autenticidad > perfección
siempre.